—Eres
un tramposo —renegó Dominic cruzándose de brazos.
—Y
tú un mal perdedor —replicó Raúl echándose a reír—. El nene no pudo ganar y
ahora enojado está —canturreó revolviéndole el cabello. Dominic le cogió la mano y se lo sacó de encima. Echó
a correr por el restaurante en busca de las escaleras—. ¡Dom, cuidado con los
clientes! —exclamó cuando algunos de los comensales voltearon a ver el niño con
mala cara.
—Señor,
lo necesitan en la cocina —murmuró un mesero que hacía equilibrio con una
bandeja en cada mano.
Raúl
lo miró con cara de confusión. Al ver que al muchacho le bajaba el sudor por la
frente y ponía una mueca con dirección a la mesa cinco supo que había problemas,
tal vez algún crítico.
Se
dirigió a las puertas de la cocina que no hacían más que moverse adelante y
atrás con el ir y de los meseros y sus bandejas.
—Eric,
mesa dos. Dan, mesa tres.
—¿Qué
estás haciendo? Te dije que lo frieras, no que lo cocinaras.
Las
órdenes iban de un lado a otro con el olor a comida que se metía incluso debajo
de la piel. Amaba aquel lugar, aún con aquel chef enfadado que era el
protagonista de la cocina.
—¡Raúl!
—exclamó el chef principal—. Hasta que por fin apareces —gruñó con el entrecejo
fruncido—. Quítate tu bonito traje y vístete, hace demasiado que no pones la
mano en un cuchillo. Ésta es mi cocina, pero es tu restaurante. Si quieres
mantenerlo en lo alto más te vale que te pongas manos a la obra.
***
Dominic
dejó la maleta del colegio encima del asiento, se quitó el uniforme y sacó la ropa
y al Sr. Orejas antes de meter el uniforme y cambiarse, lo dejó encima del
asiento y salió de la oficina cerrando la puerta tras él, probablemente Anthony
y Jared ya estuviesen abajo dispuestos a pedir. Raúl por lo general a la hora
del almuerzo estaba en la cocina o con algún cliente, antes le dejaba una mesa
para él solo y luego subía a jugar con la computadora hasta que Paloma llegará
por él.
Bajó
las escaleras de dos en dos, no importaba lo que dijera Raúl, así era mucho más
rápido y siempre que tuviera cuidado no tenía de qué preocuparse.
—¡Ahí
estás! —exclamó alguien desde arriba. Subió la mirada y se le resbaló un pie
del escalón por ponerlo demasiado al borde. Dominic se agarró del barandal antes de volver a
resbalarse—. Estuve buscándote por todos lados ¿sabes? —reclamó Gregory—. No,
no lo sabes porque no me viste —dijo contestando a sí mismo—. Te he visto
cuando entraste con tu padre, yo estaba con mi papá así que le dije que iba a
buscarte porque creí que tal vez les gustaría almorzar con nosotros, aunque papá me dijo que no te buscara cuando
vio que el tuyo entraba a la coci…
—Raúl
no es mi padre, es un amigo de mamá —musitó Dominic bajando las escaleras con
Gregory tras él.
—¿Entonces
dónde está tu papá? Me gustaría conocerlo, además podría presentarte el mío
—comentó Gregory cogiéndole la mano cuando acabaron de bajar y lo arrastró a
una de las mesas que estaban cerca de las escaleras. Dominic suspiró, Greg
volvía loco a cualquiera hablando continuamente, pero era su único amigo y
temía que se alejará si le decía la verdad. Muchos niños de su clase lo hacían
no porque les cayera mal, sino que sus padres siempre comenzaban a criticar al
ver a Evangeline sola.
—No
tengo papá —susurró muy bajo.
—¿No?
Bueno pues mis padres están divorciados. Papá me recoge y me lleva al lugar que
yo quiera, aunque hoy ha elegido él. Me dijo que hoy comeríamos donde él
quisiera porque siempre lo que pido es pizza. A mí me parece un lugar
demasiado… —Suspiró al no encontrar las palabra que buscaba—. Se parece al que
solía ir con mamá en sus aniversarios, me gustaría más que hubiese juegos, pero
bueno ya estamos aquí y es genial porque te he visto, así no me aburriré.
—Hola
—saludó el padre de Gregory tapando el auricular del teléfono. Gregory hizo una
mueca de molestia en cuanto lo vio.
—¿Él
puede almorzar con nosotros? —inquirió Gregory mirando el teléfono, su padre
asintió—. ¿Almuerzas con nosotros, verdad? —interrogó Gregory.
—Eh…
antes tengo que avisarle a… —Señaló la mesa de Jared y Anthony que estaban
hablando. Jared lo vio y le sonrió, agitó la mano para decirle que se acercara.
Gregory sonrió feliz y decidió acompañarlo.
—¿Quiénes
son?
—Jared
es el del cabello castaño, mamá y él se casaron hace poco, pero es una larga
historia —balbuceó al ver que los ojos de Gregory resplandecían de curiosidad—.
Anthony es el mejor amigo de Jared.
—¿Un
nuevo amigo, Dom? —preguntó Anthony con su actitud risueña de siempre.
—Soy
Gregory, pero me gusta más que me digan Greg porque… —Dominic le tapó la boca
viendo venir que les soltaría toda la perorata.
—Él
habla mucho —musitó a las caras interrogantes y confusas de los mayores—.
Gregory es de mi clase. Él y su papá me invitaron a almorzar con ellos ¿puedo?
—interrogó viendo a Jared demasiado fijo.
—Claro
—respondió dudando. Dominic jamás preguntaba si podía hacer algo o no, ni
siquiera a Raúl o Paloma les pedía permiso, ya que estaba acostumbrado a que le
dijeran que sí, siempre y cuando se mantuviera en sus rangos de visión.
—¡Genial!
—exclamó Gregory cogiéndole el brazo a Dom y lo jaló lejos de ellos sin
despedirse. Dominic tenía cara de resignación mientras se despedía con la mano,
provocando que Anthony se riera.
—Me
recuerdan a ti y a mí, aunque por lo general la que nos arrastraba era tu
hermana, siempre lo hacía de la oreja
—protestó recordando el dolor y el frío del hielo que tenía que ponerse
cuando le quedaba roja—. Me sorprende que las tengamos de tamaño normal, a mí
siempre me fue peor que a ti —farfulló entrecerrando los ojos. Jared esbozó una
sonrisa—. Ella te dejaba sentar en cualquier lado mientras me regañaba.
—Alguna
ventaja tenía que sacar de que fuera mi hermana —replicó encogiéndose de
hombros.
—Sí,
claro. ¿Qué tal le va?
—Muy
bien —contestó rascándose la oreja nerviosamente.
—¿Cómo
tomaron lo de tu matrimonio? —Jared tragó saliva. Sabía que venía eso. Se había
salvado antes porque su amigo estaba demasiado ocupado con la desaparición de
Amélie, pero ahora que tenía de vuelta el control de su vida uno de sus
pasatiempos favoritos era desesperarlo—. ¿No se los dijiste?
—No,
pero me ha estado llamando y no he querido contestarle. —Anthony se echó a reír
con maldad.
—¡Su
pequeño hermanito se ha revelado! Gracias, amigo —dijo cogiéndole la mano por
encima de la mesa y dándole un apretón al tiempo que la sacudía—. Con esto
tendré para molestarla por el resto de la vida, con todo lo que te defendía
cuando éramos niños, siempre me hecho a mí la culpa de todo. Incluso de la vez
que cambiamos su champú y terminó con el cabello verde.
—¿Aún
tienes la foto?
—Claro
que sí, es oro. Oro puro. Aunque no es que la vaya a volver a chantajear, solo
que es un bonito recuerdo —dijo riendo.
1 Plumas:
Jajaja, un bonito recuerdo, pobre hermana de Jared!! Ha sido genial este momento, me encanta ver como comparte momentos de camadería, se ve muy real y también la relación de Dom y Greg, ¡son tan lindos!
Ha sido un cap. muy divertido, te veo el próximo miércoles, un beso!
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