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martes, 11 de octubre de 2011

Capítulo 16: Vidas


—Eres un tramposo —renegó Dominic cruzándose de brazos.

—Y tú un mal perdedor —replicó Raúl echándose a reír—. El nene no pudo ganar y ahora enojado está —canturreó revolviéndole el cabello. Dominic  le cogió la mano y se lo sacó de encima. Echó a correr por el restaurante en busca de las escaleras—. ¡Dom, cuidado con los clientes! —exclamó cuando algunos de los comensales voltearon a ver el niño con mala cara.

—Señor, lo necesitan en la cocina —murmuró un mesero que hacía equilibrio con una bandeja en cada mano.

Raúl lo miró con cara de confusión. Al ver que al muchacho le bajaba el sudor por la frente y ponía una mueca con dirección a la mesa cinco supo que había problemas, tal vez algún crítico.

Se dirigió a las puertas de la cocina que no hacían más que moverse adelante y atrás con el ir y de los meseros y sus bandejas.

—Eric, mesa dos. Dan, mesa tres.

—¿Qué estás haciendo? Te dije que lo frieras, no que lo cocinaras.
Las órdenes iban de un lado a otro con el olor a comida que se metía incluso debajo de la piel. Amaba aquel lugar, aún con aquel chef enfadado que era el protagonista de la cocina.

—¡Raúl! —exclamó el chef principal—. Hasta que por fin apareces —gruñó con el entrecejo fruncido—. Quítate tu bonito traje y vístete, hace demasiado que no pones la mano en un cuchillo. Ésta es mi cocina, pero es tu restaurante. Si quieres mantenerlo en lo alto más te vale que te pongas manos a la obra.

***

Dominic dejó la maleta del colegio encima del asiento, se quitó el uniforme y sacó la ropa y al Sr. Orejas antes de meter el uniforme y cambiarse, lo dejó encima del asiento y salió de la oficina cerrando la puerta tras él, probablemente Anthony y Jared ya estuviesen abajo dispuestos a pedir. Raúl por lo general a la hora del almuerzo estaba en la cocina o con algún cliente, antes le dejaba una mesa para él solo y luego subía a jugar con la computadora hasta que Paloma llegará por él.

Bajó las escaleras de dos en dos, no importaba lo que dijera Raúl, así era mucho más rápido y siempre que tuviera cuidado no tenía de qué preocuparse.

—¡Ahí estás! —exclamó alguien desde arriba. Subió la mirada y se le resbaló un pie del escalón por ponerlo demasiado al borde. Dominic se agarró del barandal antes de volver a resbalarse—. Estuve buscándote por todos lados ¿sabes? —reclamó Gregory—. No, no lo sabes porque no me viste —dijo contestando a sí mismo—. Te he visto cuando entraste con tu padre, yo estaba con mi papá así que le dije que iba a buscarte porque creí que tal vez les gustaría almorzar con nosotros,  aunque papá me dijo que no te buscara cuando vio que el tuyo entraba a la coci…

—Raúl no es mi padre, es un amigo de mamá —musitó Dominic bajando las escaleras con Gregory tras él.

—¿Entonces dónde está tu papá? Me gustaría conocerlo, además podría presentarte el mío —comentó Gregory cogiéndole la mano cuando acabaron de bajar y lo arrastró a una de las mesas que estaban cerca de las escaleras. Dominic suspiró, Greg volvía loco a cualquiera hablando continuamente, pero era su único amigo y temía que se alejará si le decía la verdad. Muchos niños de su clase lo hacían no porque les cayera mal, sino que sus padres siempre comenzaban a criticar al ver a Evangeline sola.

—No tengo papá —susurró muy bajo.

—¿No? Bueno pues mis padres están divorciados. Papá me recoge y me lleva al lugar que yo quiera, aunque hoy ha elegido él. Me dijo que hoy comeríamos donde él quisiera porque siempre lo que pido es pizza. A mí me parece un lugar demasiado… —Suspiró al no encontrar las palabra que buscaba—. Se parece al que solía ir con mamá en sus aniversarios, me gustaría más que hubiese juegos, pero bueno ya estamos aquí y es genial porque te he visto, así no me aburriré.

—Hola —saludó el padre de Gregory tapando el auricular del teléfono. Gregory hizo una mueca de molestia en cuanto lo vio.

—¿Él puede almorzar con nosotros? —inquirió Gregory mirando el teléfono, su padre asintió—. ¿Almuerzas con nosotros, verdad? —interrogó Gregory.

—Eh… antes tengo que avisarle a… —Señaló la mesa de Jared y Anthony que estaban hablando. Jared lo vio y le sonrió, agitó la mano para decirle que se acercara. Gregory sonrió feliz y decidió acompañarlo.
—¿Quiénes son?

—Jared es el del cabello castaño, mamá y él se casaron hace poco, pero es una larga historia —balbuceó al ver que los ojos de Gregory resplandecían de curiosidad—. Anthony es el mejor amigo de Jared.

—¿Un nuevo amigo, Dom? —preguntó Anthony con su actitud risueña de siempre.

—Soy Gregory, pero me gusta más que me digan Greg porque… —Dominic le tapó la boca viendo venir que les soltaría toda la perorata.

—Él habla mucho —musitó a las caras interrogantes y confusas de los mayores—. Gregory es de mi clase. Él y su papá me invitaron a almorzar con ellos ¿puedo? —interrogó viendo a Jared demasiado fijo.

—Claro —respondió dudando. Dominic jamás preguntaba si podía hacer algo o no, ni siquiera a Raúl o Paloma les pedía permiso, ya que estaba acostumbrado a que le dijeran que sí, siempre y cuando se mantuviera en sus rangos de visión.

—¡Genial! —exclamó Gregory cogiéndole el brazo a Dom y lo jaló lejos de ellos sin despedirse. Dominic tenía cara de resignación mientras se despedía con la mano, provocando que Anthony se riera.

—Me recuerdan a ti y a mí, aunque por lo general la que nos arrastraba era tu hermana, siempre lo hacía de la oreja  —protestó recordando el dolor y el frío del hielo que tenía que ponerse cuando le quedaba roja—. Me sorprende que las tengamos de tamaño normal, a mí siempre me fue peor que a ti —farfulló entrecerrando los ojos. Jared esbozó una sonrisa—. Ella te dejaba sentar en cualquier lado mientras me regañaba.

—Alguna ventaja tenía que sacar de que fuera mi hermana —replicó encogiéndose de hombros.

—Sí, claro. ¿Qué tal le va?

—Muy bien —contestó rascándose la oreja nerviosamente.

—¿Cómo tomaron lo de tu matrimonio? —Jared tragó saliva. Sabía que venía eso. Se había salvado antes porque su amigo estaba demasiado ocupado con la desaparición de Amélie, pero ahora que tenía de vuelta el control de su vida uno de sus pasatiempos favoritos era desesperarlo—. ¿No se los dijiste?

—No, pero me ha estado llamando y no he querido contestarle. —Anthony se echó a reír con maldad.

—¡Su pequeño hermanito se ha revelado! Gracias, amigo —dijo cogiéndole la mano por encima de la mesa y dándole un apretón al tiempo que la sacudía—. Con esto tendré para molestarla por el resto de la vida, con todo lo que te defendía cuando éramos niños, siempre me hecho a mí la culpa de todo. Incluso de la vez que cambiamos su champú y terminó con el cabello verde.

—¿Aún tienes la foto?

—Claro que sí, es oro. Oro puro. Aunque no es que la vaya a volver a chantajear, solo que es un bonito recuerdo —dijo riendo.

1 Plumas:

Eli dijo...

Jajaja, un bonito recuerdo, pobre hermana de Jared!! Ha sido genial este momento, me encanta ver como comparte momentos de camadería, se ve muy real y también la relación de Dom y Greg, ¡son tan lindos!

Ha sido un cap. muy divertido, te veo el próximo miércoles, un beso!

 

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