Evangeline se quedó mirando el
suelo con una cara inexpresiva, Jared empezó a temer que volviera a encerrarse
en sí misma. Él no podía permitirlo, no ahora que era una familia, seguían
teniendo sus fallas, pero eran una familia.
—¿Dom lo sabe? Que el hombre que
vio en el parque… —Jared negó con la cabeza, la verdad era que no sabía a
ciencia cierta qué tanto Dominic había leído. Era un tema que prefería tratar
cuando su sobrino y Gregory no estuvieran, algo que no pasaría hasta la tarde
del día siguiente—. Raúl mencionó que Gustave le dijo su nombre a Dominic
—balbuceó moviendo las manos frenéticamente—. Todo este tiempo ocultándoselo y
va y lo lee.
—Algún día hubieras tenido que
hablarle de él, Lin —replicó negando con la cabeza. Se sentó a su lado y le
cogió las manos—. No podías escondérselo para siempre. —Evangeline se encogió
de hombros, arrugó la nariz y se mordió el labio. No estaba nada feliz de que su
hijo supiera sobre Gustave, esperaba que Dominic teniendo a Jared como padre
pospusiera el tema, pero el niño crecía y su incesante curiosidad con él.
Dominic lanzó una mirada llena de
decepción al ver el auto del padre de su mejor amigo. Gregory chocó los puños
con él a modo de despedida y le deseó suerte. Jared colocó la mochila de
Gregory en la parte trasera del auto y cerró la puerta, con su mejor amigo
adentro. Gregory se despidió efusivamente e hizo una señal para pedirle que le
contara todo mañana.
Jared regresó y agarró a Dominic.
—Te quiero. —Dom sintió que lo
abrazaba muy fuerte y le daba un beso en la mejilla. Se sonrojó porque sus
compañeros siempre se quejaban cuando sus padres hacían eso, pero a él no le
molestaba en absoluto, se sentía volar y olvidaba que Jared era su papá desde
hace poco y tenía otro que no quería estar con él.
Káiser empezó a ladrar y gruñir
por tener a Dom lejos de su alcance, mordió a Jared en la pierna, pero al no
conseguir nada comenzó a jalarle los cordones.
—Quieto —ordenó Dominic apuntando
al cachorro con su dedo. El perro alzó la cabeza y sacó su lengüita al escuchar
la voz de su dueño, meneando la cola apoyó las patas en la pierna de su papá y
emitió soniditos tristones.
—Ahora no, Káiser —dijo
Evangeline lanzándole una pelota hacia el patio para que se distrajera. El
cachorro corrió tras la bola, se enzarzó en una lucha contra la escurridiza esfera
que emitía un chillido al ser mordida.
Dominic miró a su madre y supo lo
que venía, ella parecía triste y preocupada. Buscaba desesperadamente una forma
de hacerle entender al niño las complicaciones de los adultos.
Al final se decidió por contarle cómo
conoció a Gustave, que cuando supo que venía ella se puso muy contenta, pero
Gustave no sintió lo mismo y se fue de viaje. Jared le dijo a Dom que él sí
estaba feliz de tenerlo, que a veces la familia si podía elegirse y ellos eran
una familia.
—¿Entonces ese tal Gustave no es
tu papá así como George no es tu abuelo? —preguntó Gregory bebiéndose su leche
de chocolate mientras se balanceaba. Dominic asintió con un encogimiento de
hombros. Gregory frunció el ceño—. Yo no entiendo a los adultos, nos enseñan
unas cosas y luego nos dicen otra —renegó haciendo muecas.
Dominic se echó a reír de tal
forma que terminó atragantándose con su jugo, Gregory tuvo que bajarse del
columpio para darle palmaditas en la espalda.
—No sé por quéte ríes —reclamó
Gregory botando a la basura los envases de las bebidas. El jugo de Dom se regó
por todo el suelo y la leche con chocolate ya se la había terminado.
—Por la cara que hiciste, fue muy
graciosa —explicó—. Fue algo así —declaró tratando de imitarlo, pero Gregory se
rió de lo tonto que se veía. Dominic hizo una mueca al ver que se había
manchado la camisa del uniforme—. Voy a lavarme —expresó cogiendo su mochila
del suelo, provocando que su mejor amigo rodara los ojos.
—Yo tengo que irme —masculló
señalando el auto de su padre que sonaba la bocina insistentemente.
—No te preocupes, papá no se
demora en llegar por mí —replicó. Gregory inclinó la cabeza a un lado con
resignación al escuchar otro grito de su padre. Finalmente sus zapatos
protestaron cuando fue en dirección a la salida, corriendo a toda velocidad.
Dominic tarareó la canción que su
mamá siempre le cantaba cuando era pequeño, abrió una llave que los jardineros
usaban para regar las plantas del jardín e intentó limpiar la mancha, pero solo
consiguió que se extendiera más.
—Hey, Dom —El niño sonrió al ver
a Anthony, estaba cogido de la mano de Amélie, suspiró decepcionado al no ver a
ninguno de sus padres—. He venido por ti —habló con una aire misterioso—. Amo
los niños —anunció echándose a reír al ver la cara del infante. Le cogió la
mochila y se la colgó al hombro.
—¿Quiénes son ellos? —preguntó su
maestra de inmediato, le agarró la mano antes de que diera un paso afuera.
—Es el mejor amigo de mi papá y
su novia —susurró el niño tratando de soltarse.
—El auto de Jared se dañó, como estábamos en el parque me pidió que
pasara por él —explicó con su mejor sonrisa.
—¿Cómo se llaman? —inquirió por
si acaso. Dominic se apresuró a contestar por ellos, cuando su maestra por fin
lo dejó, ir tomó la mano de Anthony y lo jaló por la calle.
Anthony le pasó un helado al
niño, que lo recibió con una sonrisa de oreja a oreja. Anthony le había dicho
que estaba cumpliendo con su papel de «tío
malcriador». Su mejor
amigo no podría decirle que no cumplía su palabra.
Amélie caminaba a su lado con un rostro entre el miedo y la
tristeza. Desde que Jared les pidió el favor de que recogieran al infante ella
parecía aterrada, sus ojos miraban en todas direcciones, temiendo que los
asaltara alguien en cualquier momento, sin embargo la calle estaba casi vacía.
—¡Qué bonito! —exclamó Dominic al ver un robot de juguete en
un escaparate.
—Sí, que… —cortó las palabras al sentir algo punzando contra
su espalda. Volteó la cabeza, el hombre detrás suyo esbozó una sonrisa de
suficiencia y colocó una mano sobre su hombro para empujarlo hacia atrás, no
tuvo más opción que soltar la mano del niño. El pequeño no se enteró de nada,
estaba ocupado en el montón de colores y sonido del escaparate.
—Lo siento —tartamudeó Amélie con lágrimas cayéndole por la
cara.
—¿Qué…? —Amélie le agarró la mano a Dom y lo alejó de él. Al
otro lado de la calle, un rubio con un cigarrillo en los labios abrió la puerta
de un Audi plateado—. ¡No! —bramó sintiéndose el filo cortar su piel. Tragó
saliva y se quedó quieto, sabía lo que pasaría si el cuchillo se enterraba por completo. Dominic
intentó soltarse al escuchar el grito, Amélie lo arrastró por la calle
apretándole la mano sin piedad. El niño soltó unas cuantas lágrimas y el helado
se cayó al suelo.
2 Plumas:
¡Dios, no me esperaba para nada que Amélie estuviese compinchada con Gustave ¡es horrible! Pobre Dom y pobre Evangeline ¿que querrá Gustave, más dinero? Estoy deseando saberlo.
Por cierto, me encanta el nombre de Káiser para el perrito. Un beso y hasta el miércoles!!
Hola, que emocionante. Espero que asi Anthony se de cuenta de como es esa mujer. Jared se pondra furioso y le enseñara a Gustave que con su familia no se debe meter.
Hasta el proximo capi :D
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