—¿Qué haces aquí? —preguntó
Anthony riendo al ver a su mejor amigo entrar con una mueca molesta y la
mejilla roja. Evangeline salió de detrás de Jared, Anthony esbozó su sonrisa
más encantadora, pero ella solo frunció el ceño, así que dejó de sonreír e imitó su expresión.
Evangeline alzó la mano dispuesta
a golpearlo, por su culpa no tenía trabajo, pero Jared la detuvo en el aire con
un suspiro.
—Se lo merece —masculló enfadada
sin bajar la mano. Anthony los observó muy tranquilo, volviendo a sonreír.
—Créeme, lo sé mejor que nadie,
pero no vinimos a eso sino a que te revise la mano –explicó.
—¿Qué tiene tu mano? —interrogó
Anthony acercándose, colocándose en su faceta de doctor.
—Nada, y mucho menos que a ti te
importe —espetó Evangeline soltándose de Jared. Se alejó de Anthony como si
fuera el mismísimo demonio. Jared le agarró el brazo cuando ella quiso salir,
quería irse a casa y dormir, le empezaba a desesperar la actitud de ella.
—Deja de ser tan infantil y
orgullosa. Anthony te revisará, no te dejaré salir de aquí hasta que lo haga
—masculló enfadado.
—Uy, alguien está enojado
—comentó Anthony risueño, ambos voltearon a verlo con miradas asesinas y él se
limitó a alzar la mano y hacer un símbolo de paz y amor—. Deberías hacer lo que
dice, cuando se pone así ni yo lo contradigo.
—Pues no soy tú —replicó
enfadada—. No quiero que me revises la mano, además no tengo nada.
Jared entrecerró los ojos, ella
lo observó desafiante.
***
Jared miraba por la ventana
mientras Anthony le terminaba de vendar la mano a Evangeline. Él estaba muy
sonriente mientras ponía el broche para que la venda se quedara en su lugar,
había sido divertidísimo escuchar la discusión de esos dos y ver las miradas
que se lanzaban.
—¿Ves? No dolió nada —dijo como
con una sonrisa burlona hablándole como si fuese una niña pequeña. Ella
contestó con una mirada fría, se levantó del asiento mascullando un «gracias»,
dispuesta a irse.
—Hoy no almorzaré contigo
—murmuró Jared saliendo detrás de Evangeline. Ella caminaba rápido por los
pasillos, claro que no lo suficiente, pues Jared la alcanzó al llegar a la
salida—. ¿Dominic ya casi sale, verdad?
—Sí —asintió ella suspirando con
desasosiego cuando él la dirigió de nuevo al auto—. ¿Por qué no me dejas en
paz? —preguntó subiendo al auto y abrochándose el cinturón—. Tú por tu lado y
yo por el mío, ambos felices —murmuró.
—El problema es que estamos
casados y francamente estoy aburrido de este jueguecito.
—No sé de qué hablas —replicó
ella pasivamente mirando por la ventana.
—No soy estúpido, Evangeline. No
me casé contigo por la empresa de tu padre, no soy tan avaricioso para unir mi
vida a la de alguien por dinero, hay cosas más importantes.
—¿Cómo qué? —interrogó mirándolo
con curiosidad fingida, pero sus ojos delataban la burla.
—El amor —respondió muy serio. Ella
enarcó una ceja.
—¿Ahora vas a decirme que te
enamoraste de mí? —bufó—. Además ¿sabes los índices de divorcio que hay?
—replicó ella incrédula cruzándose de brazos—. Las personas que un día se aman,
al otro se odian, se engañan, se enamoran de otros y a esos también terminan
odiándolos. Es ridículo. —Jared suspiró, puede que aquello fuera verdad, pero
no para todo el mundo, desde su punto de vista habían personas a las que sí les
funcionaba—. El único amor real es el de la familia, si es que le importas a tu
familia —masculló por lo bajo.
—¿George se divorció de tu madre?
—preguntó.
—Él nunca se ha casado —replicó
mirando por la ventana—. Tienes que dar la vuelta a la derecha en la próxima calle —dijo para
desviar el tema. Evangeline casi no recordaba a su madre, solo sabía que si
ella no hubiese muerto jamás habría conocido a George, pero su tío (por mucho
que hubiera querido a su hermana) no estuvo dispuesto a cumplir con su última
voluntad, la entregó en cuanto el funeral acabó y su vida se convirtió en una
de las tantas responsabilidades de George que delegaba a alguien.
—Llegamos —anunció Jared sacándola
de sus pensamientos.
Evangeline se bajó del auto y buscó
entre el montón de niños que corrían como locos a la salida, todos lucían la
ropa sucia, las camisas por fuera del pantalón,
las mochilas colgándoles de un brazo o siendo arrastradas en el pavimento.
—¡Dominic! —exclamó al reconocer
los rizos de su cabello castaño casi imposible de peinar. Repitió su nombre de
nuevo.
El infante al verla echó a correr
hacia ella, empezando con su saltos nerviosos por todos lados, ya que eran
raras las ocasiones, por no decir inexistentes, en que su madre iba a buscarlo
al colegio.
—¡Mamá! —gritó lanzándose sobre
ella. Evangeline lo cargó y le plantó un beso en la mejilla, provocando que el niño
se riera.
—¿Ella es tu mamá? —curioseó Greg
que estaba con Dominic, como era ya costumbre, y que también había salido
corriendo al ver que su amigo lo hacía—. Es muy joven —comentó sonriendo—, pero
es genial que no tenga arrugas. Mi mamá las tiene —murmuró acercándose mucho,
como si les contara un secreto—, pero no se le notan porque usa un montón de maquillaje,
tiene muchísimos frascos en su tocador, algunos huelen rico y otros horrible, además
tienen colores extraños —musitó pensativo—. Como aquella que se pone en las
noches. Una vez fui a buscarla porque no podía dormir y tenía la cara verde, me
dio tanto miedo que grité y corrí, fue a buscarme a mi habitación y me dijo que
era ella, casi no le creí, pero se quitó la cosa verde y viscosa, y sí —dijo
tocándose las mejillas imitando lo sorprendido que se quedó aquel día—. ¡Oh! ¡Es
cierto! No me he presentando —exclamó agarrándose el cabello como si hubiera
cometido un pecado capital—. Aunque supongo que Dom le habrá dicho que soy su
mejor amigo, bueno el único, así como él también es mi único amigo aquí, pero
no importa porque Dom es genial. Mi cumpleaños es este fin de semana ¿va a
dejarlo ir, verdad? ¿Verdad? —inquirió moviéndose inquieto alrededor de ambos.
—Claro —balbuceó Evangeline.
—¡Genial! Nos vemos en mi fiesta
—gritó corriendo para subir al auto de su padre que ya empezaba a
impacientarse.
—¿En serio puedo ir? —preguntó
Dominic jugueteando con el borde de la camiseta. Evangeline asintió mientras
intentaba arreglarle un poco la ropa. Dominic observó la venda en la mano
cuando lo hacía—. ¿Qué te pasó? —interrogó el niño frunciendo el ceño.
—Nada de lo que debas preocuparte
—contestó acariciándole la mejilla. Dominic entrecerró los ojos, insatisfecho
con la respuesta—. Jared nos está esperando —susurró esperando que el niño se
distrajera. Conocía mejor que nadie lo curioso y rápido que era Dominic para
hacer deducciones cuando algo no estaba bien desde su punto de vista.
Evangeline lo bajó y le cogió la mano, él volvió a dar saltitos inquietos,
sobre todo al ver a Jared, se le iluminaron los ojos y salió corriendo.
—¿Cómo estás? —interrogó
cogiéndolo y alzándolo en el aire. Dominic hizo una exclamación de sorpresa y
se echó a reír.
—Bien, ¡me han invitado a una
fiesta de cumpleaños! —exclamó muy feliz.
***
—¿Dom, qué pasa? —preguntó
Gregory al verlo en una esquina. Tenía un gorro de fiesta rojo en espiral lleno
de escarcha, que hacía resaltar el estampado de autos de su camiseta—. ¿Te
aburres? —inquirió medio triste.
—No —respondió negando con la
cabeza, provocando que la punta bailara. Gregory se rió—. Es solo que tengo que
hacer algo, pero… tendría que escaparme del colegio, porque mi mamá no me
dejará averiguarlo si se entera.
A Gregory le brillaron los ojos.
—Vamos —animó quitándose el
gorrito de fiesta.
—Es tu fiesta —replicó negando
con la cabeza—. Todo el mundo se dará cuenta.
Gregory esbozó una sonrisa de
oreja a oreja.
—Eso lo hace más divertido. Entre
ir a una misión súper secreta y quedarme a romper la piñata, prefiero la
primera opción —alegó cogiéndole la mano, le quitó el gorro de la cabeza y lo
empezó a jalar hacia el jardín—. Sé por dónde podemos salir, cuando el balón se
pasa la cerca me escapó por ahí —explicó riendo, se arrodilló y se metió debajo
de la mesa del pastel, siguió por la de los bocadillos y llegó hasta el jardín.
Dominic se resignó a siempre
terminar entre arbustos de rosales cuando Gregory se agachó y los atravesó.
1 Plumas:
Me ha encantado!! ¿A donde irán esos pequeñajos? ¿Y por qué Anthony quiso que Evangeline perdiera su empleo? ¿Para que pasara más tiempo con Jared?
Ojalá Evangenline vea lo tierno que es Jared con Dom, es tan mono!
Espero el siguiente cap!!!!
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