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miércoles, 29 de septiembre de 2010

Capítulo 2: Conociéndonos

David caminó por el pasillo con sólo su mochila al hombro y a su lado se encontraba Jonathan.

—Hola —saludó Mailen dejándolos entrar al salón—. ¿Qué te pasó? —interrogó al ver a su hermano con la mejilla roja, la camiseta manchada de malteada y el cabello igual.

—Hola. Sólo conocí una linda chica algo temperamental —respondió con parsimonia y una media sonrisa.

—La besaste sin su permiso —contestó Jonathan con molestia—. Luego ella le dio una cachetada y un golpe bajo.

Mailen vio a su hermano horrorizada, pero él sonrió con tranquilidad y siguieron por el corredor.

Observó decepcionada a su hermano mayor, apenas y le había dedicado un saludo. Se dio cuenta lo alto y fuerte que estaba David, con su espalda ancha y musculosa, ya no era el chico que ella recordaba, él que la cuidó de los bravucones, no le sorprendía. Había cambiado muchos desde hacía años, ya no le prestaba atención.



A la mañana siguiente el cielo estaba despejado, decidió levantarse y bañarse. Se vistió con unos jeans negros y una camiseta del mismo color a rayas.

—Christopher vive en el departamento siguiente ¿verdad? —preguntó a su hermana al verla en la cocina.

—Sí —contestó dejando la olla a un lado y volteando su vista hacia él—. Tu amigo Jonathan salió hace un rato, dijo que vendría luego. Oye, espérame debo preguntarle algo —murmuró al ver que se dio la vuelta

Salió del departamento y abrió la puerta del siguiente cuya puerta tenía el número “202”, David la observó, extrañado porque tuviera la llaves.

—Él y Aranel también tienen las llaves del departamento, cuando necesitan algo entramos sin problemas. Aranel es la chica que vive Christopher —explicó—. Es una lástima que vinieras en fin de semana, no podrás conocerla hasta el lunes en la tarde.

Asintió contento por la explicación, la chica esa no le importaba en lo más mínimo, ya tenía una misión que cumplir y sólo tenía el nombre de una persona en la cabeza.

—Hola, Mailen. ¿David? ¡Has crecido mucho! —Su primo lo contempló con una sonrisa y se acercó para darle un abrazo que él correspondió.

Christopher era un chico de cabello negro y ojos grises, de complexión delgada. Era de la clase que no dudaba en golpear unos cuantos por defender a sus amigos si tenían problemas. Con una sonrisa lo arreglaba todo y sino pues… siempre existían los puños.

—El desayuno está servido, ¿me hacen compañía? Aranel me deja solo —dijo con una cara llena de tristeza.

Mailen lo abrazó de forma alegre y le ayudó a servir el desayuno, era feliz con su primo y amiga, él la había cuidado luego de que se mudó hace unos dos años, completamente sola. Aunque bueno a veces alejaba a cualquier chico que se le acercara, como sí en verdad fuera su hermano. Y en cuanto a Aranel, la consideraba su amiga, a pesar de que la chica destilaba frialdad por cada poro de su cuerpo, tenía su lado bueno.

Luego de desayunar, Mailen se despidió de ellos, había quedado con una amiga de su universidad.

—No pienso ayudarte —dijo fríamente Christopher al ver a su prima cerrar la puerta.

—Ni siquiera me has dejado hablar —musitó sin sorprenderse por la actitud.

—No quiero escucharte, sé a qué viniste y tengo la misma opinión que ellos.

—Ella era tu hermana —replicó con una mirada suspicaz.

—La única hermana que tengo es Aranel —añadió volteando la cara para que no viera su expresión de tristeza.

—Sea quien sea esa chica, no es tu hermana —habló con crueldad y cambió de tema. Esta batalla ya estaba perdida, pero aún le quedaba la guerra.



Era la mañana del lunes y estaba en el autobús camino a casa de nuevo, su respiración provocaba que el vidrio se empañara, mas poco le importaba, sólo deseaba detener el bus y quedarse para siempre junto a los ojos verdes que aún sentía a pesar de la distancia.

Entró al departamento y tiró su mochila junto a la puerta, dio un largo suspiro antes de dirigirse al salón. Vio un cuerpo tirado sobre el sillón grande y colocó los ojos en blanco al imaginarse a Christopher durmiendo ahí luego de un gran juego de x-box.

—Christopher. —Comenzó a llamarle moviéndolo por el hombro, pero el chico no despertaba, lo removió un poco más fuerte, ya cansada le dio un golpe con el cojín.

Emitió un grito al encontrarse con una cara totalmente adormilada y que no pertenecía a su amigo, empezó a golpearlo al reconocer al chico del café que se rió de ella cuando le cayó la bandeja encima.

—¡¡Eres un pervertido!! ¡Acosador! —Siguió gritando cosas inteligibles mientras lo golpeaba con un cojín, él intentaba cubrirse inútilmente y de tantos golpes terminó en el suelo cubriéndose con los brazos.

—¡¡¡Basta!!! —exclamó furioso tomándola por los brazos y sentándosele encima, junto sus manos por arriba de su cabeza.

—Maldito pervertido, bájateme de encima —vociferó con rabia y las mejillas rojas por el esfuerzo, además que tenía el torso desnudo. Pataleó por su libertad.

—No hasta que te calmes —contestó tranquilamente.

—Bájateme de encima —repitió lentamente, remarcando cada palabra.

Recordó aquella chica que le echó encima el refresco, tenía la respiración agitada y lo fulminaba con la mirada.

—¿Qué hacen? —musitó una voz adormilada, volvieron la cabeza para ver a Christopher en pijama y con el caballo tapándole el rostro—. David ¿qué haces? Bájate de Aranel en este instante —ordenó al verlo en una posición totalmente comprometedora.

—No quiero verlo aquí. ¡Y si los vuelvo encontrar semi-desnudos, me mudaré! —farfulló azotando la puerta de su habitación.

—¿Por qué vives con una chica gritona? —inquirió levantándose del suelo—. No me digas que es tu novia, y sí es así perdón por haberla besado ayer.

—¿La besaste? Sabes qué, sólo mantente lejos de ella, no es mi novia, es sólo mi amiga.

—He escuchado muchas veces “es sólo mi amiga” y luego terminan en la misma cama por el resto de sus vidas.

Christopher rodó los ojos ante la analogía.

—Además que eres un aprovechado. ¿Qué edad tiene? ¿Diecisiete?

—Sí, y yo tengo veintidós. Veo relaciones donde se llevan más de siete años.

—Aceptas que te gusta. —Se cruzó de brazos con arrogancia por haber atrapado a su primo.

—Piensa lo que te dé la gana —dijo finalmente y lo dejó solo para ir a hablar con la chica.

3 Plumas:

Unknown dijo...

haaaaaaa!! AME el capitulo!!Me encanta tu forma de escribir.
estoy ansiosa por leer el proximo
publica pronto
que andes bien,besos
Nos Leemos pronto!

Bren dijo...

porfin me doy una vueltita por aca!! perdon por tardarme!!
bno este segundo capitulo me ha dejado cn mas ganas de leer el proximo!!!
de vdd!!! me encanta tu forma de escribir y
la forma de desarrollar los capitulos!!
sigue asi!
ya quiero saber mas!!
bsos
p.d no se te olvide darme aviso cuando publiques el proximo capitulo pqe luego soy bn Dory!! se me olvida todo!! jijij
bonito fin de semana!!

Kat dijo...

No habia leido la nueva historia hasta hoy!
Esta buenisima :P me gusta como escribes.....David es genial.

 

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